Con mucha expectativa e ilusión esperábamos el inicio del 20-20, un año que prometía venir con todo, y ciertamente desde sus inicios empezó a ser noticia … grandes incendios, alineaciones planetarias intensas… y ¡una pandemia!
En pleno siglo XXI ¿una pandemia? ¿Pero qué dices?… ¡pues sí! Nos tocó vivir esta experiencia, cargada de retos, emociones complejas, incertidumbre, inestabilidad en todo sentido y tantas cosas más desde la realidad de cada persona.
¿Quién iba a pensar que desde marzo iba a convertirse en una situación extraordinaria vernos sonreír? Si hasta tuvimos que aprender a leer las miradas e incorporar en nuestra cotidianidad un término jamás escuchado: “la nueva normalidad”.
Como toda experiencia, y esta que ha sido particularmente compleja, soy de las que piensa que siempre tenemos un gran aprendizaje y con eso es con lo que me quedo de este año que se termina:

- Es necesario soltar, no podemos controlarlo todo. ¡Vive un día a la vez!
- Vivir y disfrutar de las cosas más simples de la vida… este año nos ha enseñado que la filosofía Hygge de los daneses la podemos aplicar en nuestra vida y en cada momento.
- Gestión emocional. “Aunque estés triste y frustrado, sonríe”. ¡No! Las emociones hay que vivirlas, sentirlas y gestionarlas. No quedarnos atrapados en una emoción “negativa” o ver las cosas con un optimismo irreal.
- Establecer prioridades. ¿Lo urgente o lo importante? Organización.
- Familia. Aprendemos a valorar cada día más lo que realmente importa.
- Agradecer todas las mañanas por tener salud, por despertar. Todo lo demás lo conseguimos en el camino.
- Ser menos egoístas. Pensar en cada uno, claro que sí, pero también pensar en los demás, en quienes nos rodean, a quien podemos dar una mano de forma desinteresada.
- Agradecer, agradecer y siempre agradecer. Cuando agradecemos sentimos paz interior y tenemos una actitud mental positiva.
- ¡Relax! No somos máquinas. Permítete descansar, equivocarte, no hacer todo en un día si no puedes.
- Nuevas oportunidades. Toda situación siempre trae una oportunidad, reinventarse es una de ellas.
- Conéctate con lo que te motiva, lo que te gusta, lo que te genera bienestar. Esa motivación es la que me trajo a conectarme de nuevo con la cosmética natural, con mi experiencia profesional desde otra mirada, con sentir y disfrutar de la naturaleza desde la cosmética y con mi compromiso como persona por cuidar el medio ambiente.
- ¡Ser feliz! la felicidad definitivamente es el camino, no es un lugar al que debemos llegar. Ser felices todos los días. Definitivamente, la felicidad es cuestión de ACTITUD.
Intentando ser conscientes diariamente de todos estos aprendizajes que deja este año que termina, cargaros de mucha ilusión, fuerza y esperanza para atraer todo lo bueno a nuestra vida, a nuestra humanidad y a nuestro planeta.
En nombre de Actitud Hygge, os deseo todo lo mejor para vuestras vidas en el 2021… ¡feliz año nuevo!